En el proceso de elaboración de la cerveza, la elección y la gestión de los ingredientes son cruciales. El agua, la malta de cebada, el lúpulo y la levadura se combinan siguiendo métodos que pueden variar mucho entre los distintos estilos de cerveza, como la lager, la ale o la stout. Cada variedad requiere técnicas específicas de fermentación y maduración, y los etiquetadores de las cervecerías deben ser capaces de adaptarse a estas especificidades, etiquetando con precisión cada botella para reflejar el tipo y el carácter de la cerveza.